martes, agosto 30, 2005

Decías algo??



Pocas cosas hay que me hagan perder la paciencia. Pero definitivamente entre ellas en algún momento estuvo la gente que habla a medias con la intención de intrigar. Pareciera que dedicaran interminables horas de su vida a practicar el refinado y absolutamente desesperante arte de comenzar a decir cosas para luego "arrepentirse" a medio camino. Lo más molesto de todo es que utilizan esa supuesta duda en revelar el misterio de la década para intentar hacerse más interesantes, cautivar la atención por un fugaz momento y en algunos casos más desesperados, lograr que les rueguen para sonsacarles la información, lo cual hacen con una satisfacción interna y una apariencia de aún no estar convencidos de la fiabilidad del interlocutor. El "look" oficial de esta gente es la fachada de arrepentimiento y una fuerte convicción en que lo que dijo debió haber sido confinado a la estricta intimidad de su propia mente atormentada; morir con el secreto, como dicen.
Un buen día me cansé de hacerle juego a estos supuestos mártires de la información y decidí cambiar de táctica. Siempre comienzan con alguna frase críptica, de un significado oculto, con la suficiente cantidad de información en ella para despertar el interés del destinatario, quien totalmente desconcertado procura obtener detalles que le esclarezcan el sentido de lo dicho. Una frase típica sería: "Estaba pensando que... aunque no sé si... no, no... mejor olvídalo" (Olvidar qué? si no me has dicho nada!!). Pero en fin, los más cautos muerden el anzuelo de inmediato: "dime, no me dejes así. Qué estabas pensando?". Y es así que comienza la lucha de voluntades y el devaneo entre interpelado y curioso, hasta que tras mucha insistencia por parte de uno y una denodada resistencia del otro termina con un: "bueno, te lo voy a decir, pero que conste que porque me estás insistiendo". Lo peor del caso es que la revelación termina siendo una tontería que no valía la pena la molestia, pero ambas partes quedan satisfechas: una porque obtuvo la atención que necesitaba y la otra porque siente que se ha salido con la suya sonsacándole la preciada información al otro, que no tuvo defensas contra su capacidad de convencimiento.
A mi solía molestarme ese juego de voluntades. Ahora, tras algunos ajustes, me divierte enormemente. Mi versión corregida y reducida va de esta guisa: "Estaba pensando que... aunque no sé si... no, no... mejor olvídalo", a lo cual respondo muy presta con un tono ligero: "Ok!". Por lo general ese simple vocablo basta para dejar perplejo al estratega, confusión que aprovecho para comenzar una apasionada disertación sobre algún tema en particular mientras que el otro busca desesperadamente la manera de retomar su empresa, pero para el momento en que están logrando recomponerse y volver a atacar, yo ya me he ido. La diversión, sin embargo, no me ha durado mucho. Me pregunto por qué los intrigantes profesionales ya no tratan de utilizar sus frases conmigo...

miércoles, agosto 24, 2005

Entre Bostezos y Onirismo



El cansancio es excelente. Un buen cansancio es el prólogo a un buen sueño, aunque en casos como el mío que para dormir no tengo ni la culpa, el cansancio no es precisamente lo que podamos llamar un requisito sine qua non.
A veces pienso que un buen sueño es "perfection". Es un placer altamente democrático que además de respetar todas las garantías constitucionales (sin distingo de sexo, raza, credo o religión) es absolutamente gratis. Se puede dormir sólo, en pareja o en grupos. Los menos exigentes y más guerreros (como esta servidora) nos damos el lujo de dormir en sol o en sombra, sentados, acostados, en silencio o con explosiones como fondo musical, en una mullida cama, el asiento de un transporte público, de pie apoyados contra una pared o a la sombra de una vela, si es necesario. A la hora de dormir, sólo falta disposición.
Y es que dormir no sólo es un placer, sino que además es un arte! Arte por el arte mismo, belleza pura. Una de las tantas aristas del hedonismo.
El sueño, además, tiene ciertas variaciones. Nunca es monótono, siempre se puede aderezar con alguna característica que lo hace por demás interesante y atractivo.
Al sueño como actividad orgánica se anexa el sueño como producción onírica. Más personal que la manera de caminar o de hablar, el sueño es la máxima expresión de la libertad de la mente humana. Y es que cuando de sueños se trata habría que hacer un campeonato.
Los sueños son la forma más elemental y accesible que tiene el ser humano a su propia esencia. Por lo general, los seres humanos tenemos una imagen de nosotros mismos, si no distorsionada, al menos borrosa (supongo que es por nuestra naturaleza autorreflectante que no nos deja ver hacia adentro de nosotros mismos). Sin embargo, en nuestros sueños esa imagen se hace nítida, aunque a veces tan llena de simbolismos que aún cuando vemos claramente lo que hay no lo entendemos; y nuestro subconsciente, al contemplar los sueños propios (que en mi caso parecen escenas extraídas de una película de David Lynch) se tira al abandono en el intento de descifrarlos y se decide por utilizar la frase comodín: por qué será que estoy soñando ésto???.
En fin, que dormir (por dentro y por fuera) es uno de los mejores inventos del mundo. Es que hasta la palabra es bonita, musical, redondita, significativa, deliciosa, confortable, amistosa e invitadora. Duerme y sueña, y si no tienes sueño, entonces sólo sueña. Yo, la más atrevida de todas, cuando no puedo echarme un sueño, simplemente sueño que sueño, y me termina dando un sueño que es todo un sueño! Madre mía... qué sueño!!!!!!

miércoles, julio 20, 2005

Frases Célebres


Solía preguntarme por qué algunas frases se hacen tan célebres. Al principio no le ve uno mucho sentido al asunto, después de todo son frases como cualquier otra. Entonces, por qué se hace famosa precisamente esa frase en lugar de otra que por sonoridad, elegancia, prestancia o simple simpatía nos parece mejor candidata a la inmortalidad?
Tras dedicarle cierta dosis de reflexión terminé concluyendo que la clave de la celebridad de una frase radica en su universalidad. Cuando un individuo se siente identificado con esa frase le es fácil recordarla y la repite con una naturalidad que hace creer a cualquiera que la acaba de inventar; porque al final termina siendo eso, que por encajar perfectamente en el supuesto, la gente se encariña de tal manera con la frase que la siente y la hace suya.
En este orden de ideas, mientras más individuos se sientan identificados con esa frase, tanto más público tendrá aplaudiéndola, con lo cual termina uno agradeciendo que la mayoría de esas frases sean de autoría anónima o terminaríamos arruinados por el pago de royalties.
Yo particularmente agradezco ese anonimato. Sería dolorosamente engorroso el tener que citar invocando autores, no sólo porque alimenta cierta imagen de arrogante intelectual, sino que además es el caldo de cultivo perfecto para una buena siesta interlocutoria durante conversaciones harto largas y escasamente informativas plagadas de personajes absolutamente desconocidos excepto por atribuírsele alguna de las frases que utilizamos al "echar el cuentico". De esa manera terminaría uno hablando con la sensación de estar leyendo un diccionario en voz alta. Aparte, sería muy dificil mantener la atención dedicada al contenido de la narración si se le va a uno la concentración en reflexiones sobre la exactitud de las citas. Por ejemplo, alguien nos cuenta sobre la desventura amorosa de un conocido común:
- Y después de haber discutido con ella y haber cortado el noviazgo, Jorge estaba llorando por los rincones. Como dijo Miguel de Unamuno: "Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde". Pero como ya era tarde para seguir...
Es ahí cuando uno se dispersa y lleva a cabo esta disertación mental:
- Uhmmmm... Fue Miguel de Unamuno quien dijo eso? no sería La Fontaine? no, no... ahora que recuerdo, La Fontaine fue el que dijo... o sí fue él? ya no recuerdo. Pero estoy segura que Unamuno no fue... oops! ya me perdí, qué fue lo que le pasó a Jorge????... mejor obvio esa parte de la historia para no dar impresión de no estar escuchando lo que me cuenta...
Terminaría uno sin enterarse de qué pasó con Jorge por el afán de verificar la fuente de tan trillada frase. Eso, por supuesto, sin dejar de lado que los "agregados" que le dan cierto toque costumbrista a las adaptaciones de algunas frases para acomodarlas al estilo del orador, terminarían generando sanciones penales por plagio.
En resumen, hay frases increiblemente universales, pero yo prefiero otras de menor expansión geográfica y demográfica, con mayor atractivo derivado de la inmensa cantidad de originalidad y chispa que poseen. Son precisamente estas frases las que hacen las delicias de los interlocutores, quienes se ven enormemente agradados por la "frescura" de algunos comentarios inesperados.
Supongo que es cuestión de estilos, pero visto que la idea de la conversación es la comunicación, creo que la originalidad es un excelente recurso para encantar de tal manera al interlocutor que la conversación le sea indeleble, o cuando menos, lo más recreativa posible. Ya elige cada quien la manera en que se expresará. Es como se dice: "A gusto del consumidor"... De quién será esa????

lunes, julio 18, 2005

Window, window hanging on the wall...


Me encantan las ventanas! Una ventana tiene un significado que le es intrínseco: deja entrar y deja salir. Es una manera que encontró el hombre de "dejar fluir". Y sin querer entrar en detalles de feng shui, bien puedo decir que pocas cosas hay más energizantes que una buena ventana.
Cuando veo cuadros, fotografías o dibujos con ventanas inmediatamente mi mente vuela, y comienzo a preguntarme qué habrá tras esa ventana, quién se asoma por ella, qué se ve desde allí, qué sonidos entran por ella. Las preguntas se suceden de respuestas tentativas que inexorablemente van tejiendo una historia a la que se suman personajes y detalles. Al final uno se crea una novela entera casi de las dimensiones de La Guerra y La Paz, todo a partir de una ventana en un cuadro... El poder de una ventana!
He descubierto que esas ventanas tienen ciertas facultades medicinales, un efecto tranquilizador que alivian los síntomas de cansancio mental y las ganas de arrancarle la cabeza a alguien. Visto así, no sólo produce un sano efecto en la persona que contempla la ventana, sino que además conserva la salud del dueño de la cabeza que se quiere arrancar (qué podría competir contra eso?). Tal vez esta maravillosa medicina debería venir con un subtitulo pequeño que dijera en brillantes y pequeñas letras blancas algo como:
Dosis y Posología: A juicio del Facultativo
Indicaciones: Adminístrese por vía visual. Acompáñese con respiración pausada y musiquita de fondo.
Contraindicaciones: Su efecto sobre personas carentes de imaginación no ha sido comprobado. Evite su uso mientras maneja o durante discusiones trascendentales. No exceda la dosis prescrita. Más de 10 minutos 3 veces al día podría devenir en ensimismamiento.
Advertencia: Usado por períodos prolongados podría causar adicción.

En fin, que las ventanitas se las traen, y en ocasiones se las vuelven a llevar (otra demostración de su potencial de fluidez).
Hoy parece que va a ser uno de esos días... Yo quiero mi ventana!

lunes, junio 20, 2005

Direcciona tu Alma



Mira hacia arriba... nunca se sabe cuan abajo podemos estar si miramos hacia arriba. Arriba sólo hay infinito, se borran las fronteras. Cielo abierto, aire nuevo. Luna redonda cortejada por estrellas que parecen charquitos de plata líquida sobre terciopelo índigo. Sol candente que baila y juega al escondite con pretenciosas nubes de formas caprichosas. Simepre una continua inmensidad que da alas al espíritu. Quién puede pensar pequeño cuando se tiene el universo ante los ojos? Ineludiblemente optimista, mirar hacia arriba da esperanza. Ni aún el cambio de día a noche delimita el paso del tiempo. Arriba es arriba, no se duda, sólo se pregunta. Lo bueno de tener los pies sobre la tierra es que nuestra cabeza mira hacia arriba: los pies en la tierra para poder echar raíces, la cabeza hacia arriba, para indicarnos el camino y crecer. Arriba es a donde quiero ir, arriba es donde quiero estar. Abajo sólo estoy para poderme impulsar. Nos vemos arriba!

sábado, mayo 14, 2005

Constancia: virtud o defecto?



Constancia... Siempre loada, tradicionalmente descrita como una virtud coadyuvante en el éxito, cualquiera sea su concepción. Pero esa unidimensionalidad de significado deja por fuera muchos matices. Aceptar esa unicidad de bondad echa por tierra a Einstein y su teoría de la relatividad.
Sí, es cierto, en un mundo perfecto la constancia abre muchas puertas tras las cuales frecuentemente se ocultan satisfacciones que han estado esperando ansiosas a aquellos merecedores de lograrlas, a quienes perseveraron en sus objetivos para alcanzar la gloria.
Pero qué sucede con la constancia absoluta? qué puede decirse de esa obstinada perseverancia que tiñe de necedad a los seres humanos que aún a sabiendas de las nefastas consecuencias de su empecinamiento son incapaces de abandonar una causa en la que la victoria, paradójicamente, implica una derrota?
Lástima que la constancia no venga con un instructivo, o que no haya un sitio web con FAQ's y parches de seguridad que permitan enmendar las evidentes fallas del programa.
Tal vez algún día inventen un chip que programe a los seres humanos para aprender a discernir en qué momentos se debe abandonar una causa específica en beneficio de una causa más primigenia: nuestro propio bien. La pregunta entonces sería si aún ganando el hombre en certeza y optimización de energías no estaría perdiendo en humanidad.
Quién dijo que ser y vivir era sencillo???

viernes, enero 07, 2005

Que Vivan los Niños



A veces extraño esa capacidad que tienen los niños de creer que se hacen invisibles al mundo con sólo cerrar los ojos. No sería maravilloso el poder seguir convencido de la existencia de la magia como parte integrante de este mundo material? Envidio como disfrutan de las cosas más sencillas de la vida como tenderse al sol, o girar y girar con los brazos abiertos mientras sueñan que vuelan. Me conmueve la naturalidad con la que entregan sus afectos sin más requisito previo que una sonrisa honesta, y lo confiados que se muestran ante la vida sin conciencia alguna del peligro, dispuestos a asumir riesgos sólo por la posibilidad de explorar lo desconocido. Me derrite el corazón la carita de ilusión de un niño poniendo su diente de leche bajo la almohada, su ansiedad por dormirse pronto y su sorpresa y regocijo porque después de todo el Hada de los Dientes pudo encontrarlo. Lo que más extraño de mi infancia es la magia que envuelve las cosas más simples: los colores son más brillantes, los aromas más embriagadores, las experiencias más intensas, los sueños más fantásticos y sin embargo, más al alcance de la mano que nunca. Las plegarias de un niño son las más fervorosas. Yo también elevo mi plegaria: Que vivan los niños! Que vivan todos los niños!!! Pero más que nada... que una niña viva por siempre en mi.