viernes, diciembre 03, 2004

Y Aquí Estás



Te pienso...
Mi memoria nómada vaga buscándote por los rincones familiares de mi mente. Dueño y esclavo a un tiempo de mi voluntad: amo y señor que dominas mis recuerdos; siervo sumiso que vienes a mi con sólo evocarte. Tentativamente te busco con la mirada interna, la que sirve de cómplice en los momentos robados a la realidad. Tú me acompañas durante el danzar sin fin de mis sentidos errantes, diluyes mi resistencia, licúas mi determinación, tiempo y espacio de desdibujan hasta notar satisfecha que el alba ya está aquí. El calor sublime de un susurro me hace soñar despierta y una tibia promesa se abraza a mi. Cristalina paz de suaves destellos azula la noche perfumada. Fuego eterno, lluvia fresca, agua mansa, sueño plácido. Eres el dulce balanceo de mi alma regocijada, el mágico ciclo que inicio cuando te siento, cuando te quiero. Mi mejor secreto a voces, mi más confiado temor, blanca sensación, conocimiento e instinto, simplmente tú y yo... Barco, mar, faro y capitán, rito sagrado de mi alma devota. Aún durante tu ausencia tu presencia me posee y me lleva de la mano a creer que después de todo los cuentos de hadas no tienen final.