lunes, agosto 30, 2004
Evocación
Sentada allí con la vista lejana, extensa, pensando en ti. Sólo pensando, imaginándote y abandonándome a la experiencia de la invasión que de mis sentidos haces sin siquiera proponértelo. Esa intensidad con que mi cuerpo y mi alma responden a ti. Como un canto de sirena me atraes y me embriagas, obligándome a encallar en tu costa. Migración de sentidos, dulce embeleso, olvido exquisito de cuanto me rodea. Centro y periferia de cuanto pueda existir, la llama arde y no se extingue, secuestrando voracidad y delicadeza a un tiempo. Con maestría robo minutos al día… ineludible adicción a ti que me hace sucumbir una y otra vez sin que llegue a mí arrepentimiento alguno. Cálido manantial que brota de mi interior, luz cegadora, sombra fresca, brisa acariciante. Sagrado y profano, orden y caos, vertiginosa emoción que me paraliza. Un suspiro es una fragancia, un beso es un temblor. Giro sin control en la vorágine colmada de ti, gritando tu nombre en un susurro tan íntimo que muere en el confín de mis labios para renacer en mi corazón. Sueño esquivo que coquetea con mi realidad. Eres el perentorio e inalcanzable sueño que se desvanece al despertar. Quiero seguir soñando…
martes, agosto 24, 2004
Lluvia, aquí te espero
De vez en cuando hace falta una tarde de lluvia. Una de esas tardes en que el cielo encapotado finalmente se desborda y da rienda suelta al caudal de agua que lava el aire. La mirada se pierde en el horizonte cubierto de neblina que disfraza la vista con un traje de irrealidad. La frescura del aire limpio y húmedo que poco a poco va adormeciéndonos los sentidos trae consigo el aroma de la tierra mojada; y el retumbar de truenos furiosos encabrita el silencio reverberando en cada fibra del cuerpo, llevando a cuestas el pensamiento vago de memorias reencontradas. Las gotas de lluvia van danzando sobre cristales, coquetas y esquivas a la mirada impertinente de quien quiere descifrar los secretos que de tierras lejanas alegremente narran. Nubes fértiles de agua, brisa preñada de aromas, trueno y lluvia, fuego y cristal, torrente de agujas suaves que van entretejiendo la realidad con la fantasía. Y así, mientras el agua continúa con paso apresurado y tenaz, se abandona la voluntad al argento hilo que hace vagar la conciencia hacia un mundo onírico de flores mojadas y charcos de espejo. Yo quiero una tarde de esas: tarde de lluvia, truenos, neblina, remembranzas y suspiros...
lunes, agosto 16, 2004
"Erase una vez un paisito..."
Señores,
La osadía, el descaro, el cinismo y el atropello han llegado para quedarse. El otrora bravo pueblo al que tanta gloria se daba ha pérdido el "guáramo" que en tiempos peores lo caracterizó. Seguimos esperando que vengan a rescatarnos, seguimos creyendo en lo correcto, seguimos creyendo en esperar a que las cosas vuelvan a su cauce, seguimos creyendo en el Niño Jesús y finales felices. Guess what? estamos de nuestra cuenta. No es que antes haya sido distinto, es sólo que hasta ahora nos enteramos de nuestra soledad. No importa cuanto esperemos, ni cuanta energía positiva tengamos, ni la fe en un poder divino que todo lo resguarda (y aclaro que mi fe en Dios es inquebrantable); lo cierto aquí es que una vez más nos han arrebatado lo que nos pertenece y aparte de expresar nuestra indignación y gritar como niños a quienes les quitan el dulce no hacemos nada más.
Una y otra vez viene a mi cabeza esa historia triste del elefante que apresado de bebé y encadenado por una pata a una estaca en el suelo cejó en su intento de escaparse por no poder liberarse de la cadena. Y ya de adulto, con fuerzas suficientes para romper la cadena o sacar la estaca del suelo de un simple tirón permanece encadenado porque ya está resignado al yugo y a sentir que la cadena es más fuerte que él. Es que acaso hemos crecido y no lo sabemos?
VENEZUELA... QUE PASA????????
lunes, agosto 02, 2004
Qué días aquellos!!!
Cuando somos niños no podemos esperar a crecer. Deseamos que el tiempo pase veloz, que nada nos detenga en nuestro camino a la madurez. Y esa prisa persiste una vez adultos, pero no ya por madurar, sino por mantenernos a la par de una vida acelerada que nos lleva a velocidades vertiginosas por caminos que conducen a sitios a los que deseamos ir (o a los que vamos a dar sin intención), pero sin dejarnos apreciar el paisaje, sin permitirnos disfrutar del paseo.
En esos tropezones, prisas y remolinos vamos echando al olvido momentos estelares, recuerdos significativos que marcaron nuestra niñez. Y nada tan delicioso como tener la excusa de sentarse a rememorar aquellos días en que éramos felices y no lo sabíamos. Basta un detalle insignificante, una referencia fugaz a algún objeto de la época de nuestra infancia para despertar todos nuestros recuerdos, guardados primorosamente entre papel de seda azul para evitar que se tiñan de amarillo. Y una vez destapado el arcón comienza la catarata de memorias que nos asombran por lo frescas que están, aun cuando las tengamos tan lejanas.
A mis 35 años estoy llena de recuerdos imborrables, intrascendentes per se, pero que entrelazados tejen el tapiz de mis memorias: propagandas, chucherías, costumbres, personajes...
Qué es de la vida de Chelo Rodríguez? qué pasó con Perucho Conde? aún lo recuerdo en su comercial de desodorante 8X4: "Tranca muchacho! de que se pega se pega!". Los comerciales de playa de Belmont con el caballo abriendo la boca al ritmo del famoso tutururututuru! Los chiclets addam sour, las medias mariselita promocionadas por la familia Rodríguez-Morillo, las medias cha cha chá, el infaltable comercial de Lavanda Yardley como regalo del Día del Padre, la jarrota del sabor que salía cantando con su voz de barítono después de la llamada de niños sudorosos "qué calor! qué sed! vamos a llamarlo... eeeepa Kool Aid!!!". Recuerdo el tiempo en que las pastas dentales traían como promoción kalkitos, carritos de juguete o el infaltable vasito plástico con la cara de Toco Gómez vestido de payaso. Quién no se divirtió viendo al mago del tatatata? Quién no se deleitó bebiendo una Orange Crush? Quién no fue con toda la familia en el carro familiar a un autocine? Recuerdo el baile del caderú, los muñecos gayperman con sus atavíos de comando, la televisión a blanco y negro transmitiendo el Show de Renny, El Batazo de la Suerte y Feria de la Alegría. Los supermercados Sorocaima, el programa del Monstruo Milton, Superpollo, Maguila Gorila, Don Gato y su Pandilla, El Oso Yogui, Birdman, Johnny Quest, Fantasmagórico, el Pulpo Manotas, Shazzan, Marino y la patrulla oceánica, las novelas de Hilda Carrero y Eduardo Serrano, la catirrucia Doris Wells, la bailadera de mis hermanos en la City Hall, los carros Fairlane, las franelas marca Flipper, los jeans Sergio Valente, los perfumes Azzaro y Tabaco tan de moda entre los pavos de la época, los cuadernos azules caribe con la foto del indio arriba a la izquierda, los concursos de "pinta con prismacolor" que traía el periódico. Las inolvidables trillizas de oro, las películas de Pili y Mili, los chiclets papaupa, las muñecas plegables Matty, los patines de 4 ruedas paralelas, Ultraman, Goldar y los Banana Split, Sopotocientos Amigos, el negrito bailando breakdance al ritmo de "en Venezuela el yogourt se llama Yoka!". Enrique y Ana, Juan Corazón, Popy, el Topo Giggio, El Libro Gordo de Petete, Pipina Corazón de Papá, el cubo de Rubik, las competencias de perinola de acrílico y los hematomas en las muñecas (precio de la fama perinolera). La Señorita Cometa con su dragoncito Chivigón, el Hombre Par, Perdidos en el Espacio, Los Picapiedras, Candy Candy, Heidi. La consigna de Pido Lido, el comercial de Rikomalt cantado por Las Cuatro Monedas "paparurarupapa que rico rikomalt chocolate y malta...", Viva la Juventud, los interiores Wilson (lo primero que se pone un hombre), el sketch de los mendigos de Joselo con el insuperable Napoleon Deffit, las bicicletas Caloy, los Juegos Panamericanos del 83 (compromiso de todos, compromiso de Usted), CANTV conectando a la gente, la Muchacha Llamada Milagros, interpretada por una lozana Rebeca González, el pito de Piñerúa: correcto!, los dandy, los rakety, las pulseritas tejidas y las hechas con liguitas de compotas, las minitecas New York-New York, Betelgueuse y ZC, la moda de los calentadores y los botines de goma de todos colores... tantos recuerdos esperando pacientes a que los desempolvemos y revivamos por un momento aquellos días felices. Guardando recuerdos vivimos esos momentos una y otra vez. Y esa nostalgia que me embarga pensando en mis años tempranos me hace agradecer el tener la capacidad de rememorar momentos deliciosos y pensar en qué sentiré cuando recuerde estos días que ahora vivo. Arriba la chochoteca!!!!!
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