miércoles, junio 25, 2008

Los Jinetes del Mal Humor



El mal humor es una especie de virus. Dicen que el buen humor es contagioso... pues no han pensado primero en el mal humor antes de acuñar esa frase. Particularmente prefiero ser feliz, estar alegre; me parece que así la vida es más fácil y llevadera, mucho más agradable, más vivible.

Sin embargo, hay personas que hacen del ser infelices una vocación, y dedican cada gramo de energía que poseen a conseguir el objetivo. Lo malo es que no les basta con ser infelices ellos mismos, sino que se sienten en la obligación de "evangelizar" al resto del mundo para convertirlos a su propia devoción, y es entonces cuando se dedican a amargarnos la existencia a los raros especímenes que aún quedamos, firmes creyentes de una vida feliz y desenrollada.

Lo peor es la calidad de trabajo que llevan a cabo! Porque hay que concederles que por constancia y empeño no queda. Son minuciosos y avezados y no cejan hasta conseguir su objetivo: conquistar al mundo con su mal humor.

A veces se tiene la suerte de poder huir de ese tipo de personas, pero otras veces nos toca hacernos un brainwash para soportar las horas que tenemos que compartir con ellos y sacar a la cancha a cuanto jugador estrella del equipo tenemos, tratando de reforzar la estrategia pro-felicidad que conocemos. Con frecuencia se gana la batalla: GO TEAM!!!... pero otras veces nos toman por sorpresa en uno de esos días en que a nuestra simpatía se le pegaron las sábanas o cuando nuestra tolerancia se toma el día libre. Es entonces cuando nos minan las fuerzas y el enemigo toma terreno. Diossss!!!

Qué derecho asiste a estos seres para contaminar a los demás? Es increible como un simple comentario de una de estas personas, complicadas por naturaleza e incomprendidas por decisión propia, se sienten en plena y total libertad de estropearle el día a alguien más. Y el factor multiplicador de ese virus es de miedo, con una velocidad de propagación increible.

Para colmo de males, cuando el escuadrón de la amargura finalmente logra su objetivo y consigue un "happines-free environment", cuando uno finalmente se rinde a las circunstancias y suelta la pantera, estas mismas personas se quejan de ser maltratadas o de tener que lidiar con gente mal encarada... excuse me???!!!!

No obstante, las personas que somos "feligreses de la iglesia del buen vivir", tenemos fe en que algún día estos impíos malhumorados despierten de su letargo; que tengan una epifanía, una revelación y nos dejen de una buena vez por todas vivir en sana paz y armonía.

Es que hay que quererlos...


martes, junio 03, 2008

De Jueguitos, Bromas y Reacciones

A lo largo de mi vida he notado una constante (entre muchas otras, claro), y es que no hay persona más delicada que aquella que adora jugarse pesado.
Este tipo de personas que disfrutan enormemente llevar la voz cantante a la hora de hacerse el gracioso a costillas ajenas diciendo sandeces y cosas realmente desagradables que sólo le hacen gracia a esa persona, es justamente la persona que no tolera la más mínima referencia a su persona y que reacciona con lujo de aspavientos cuando alguien osa retornarle la moneda.
He de confesar que si bien procuro sobrellevar ese tipo de bromas con ligereza y procuro tener una muy precisa conciencia de dónde se ubica la frontera entre una broma sana y una pesada, a la hora de dar el raquetazo para regresar la pelota, puede que sea un poco más permisiva en cuanto a esa misma frontera se refiere; algunas veces no sin algún remordimiento al ver que el bromista inicial no tiene tanta elegancia para encajar el golpe.
Sin embargo, debo reconocer que remordimiento de por medio y todo, no puedo evitar el repetirme esa frase tan genérica, fungible y comodín que puede ser utilizada para millones de situaciones por igual (a veces justa, otras injustamente): él se lo buscó. No estoy muy segura de bajo cuál letra debería archivar esa actitud, si por la V de vengativa, la M de mezquindad o la I de inmadurez. Pero bueh, sin ánimos de justificarme... qué caray! Yo también soy humana.
Todos tenemos defectos y virtudes, pero con un poco de criterio y autoreflexión, está clarísimo que las personas delicadas no pueden permitirse el lujo de ser "juguetonas". Será que algún día se dan cuenta???